martes, 26 de octubre de 2010

La Mente Mítica y el Arte en el Yi-Ching

La visión taoista derivada del Yi-ching, acerca de la mente mítica, tal como lo expresó el maestro Chang Wei Chi, no depende de la perspectiva histórica, ni científica. Es mas bien, de carácter ontológico.Arte, lenguaje, ciencia y religión comprendidas como unidad de una visión natural, no pertenecen a un individuo aislado, producto de una cierta cultura, sino a vivencias suprapersonales.Ni arte, ni ciencia, ni lenguaje representan estadios que puedan explicarse uno en relación a otros, como lo considera una visión causal de los fenómenos. Todos ellos proceden de un centro común (chung), que puede denominarse también como mente mítica. Ésta no se refiere a la manifestación de un pasado remoto que, al desaparecer, se extingue con ella, sino que es algo siempre Presente, Intemporal, e Impenetrable al sentido lógico. Podría decirse de ella que es Origen y Presencia. Todo evento independiente de las consideraciones temporales es -devenir- simbolizado como 'flujo de un río' que contiene en sí mismo Principio y Fin.
Un río no es una entidad estática, él es la imagen simbólica de lo que el Yi-Ching señala como no-ser (wu), el cielo (chien), que es imperecedero, porque no se cristaliza en los momentos. Él se evidencia siempre como centro y en todas -las formas- se halla presente, sin permanecer en ninguna, él es una duración fugaz como relámpago en las cosas. En los ámbitos de lo que podría denominarse como Ciencias del Espíritu, aquéllo se percibe más claramente porque en ellas no se intenta fijar y delimitar el acontecer mediante conceptos, sino aprehenderlos a través de símbolos. El campo de su interés no son los objetos, sino los procesos y relaciones por los cuales éstos se conectan, dependiendo de modos que no pueden determinarse arbitrariamente.
En la alegoría la imaginación va más allá de las limitaciones conceptuales. La metáfora establece comparaciones que se centralizan en la naturaleza anímica, periféricas al intelecto. La paradoja se opone a las determinaciones, desestabilizando al sentido lógico. Con ellos el lenguaje recobra fluidez y el ser gana en libertad, así, aquél se transforma en un mediador simbólico. La aridez y la dureza del lenguaje conceptual se transforman en la rica corriente fluida del arte, ya sea como poesía. literatura, caligrafía, danza, música, dibujo y/o pintura. La mente mítica no puede caracterizarse por ninguna cualidad que la sumerja en lo temporal, porque no se refiere a un estilo particular de alguien o algo limitado, sino a la base creadora, generadora de todo y cualquier estado de la mente. El intento de la mitología comparada por hallar alguna clase de contenido que explique esta mente mítica, por la cual podrían comprenderse las creaciones míticas, indica que no se comprende que esa mente es la Raíz de todo conocimiento y manifestación cultural. se confunde capacidad creativa con creaciones. La primera es Origen y Presencia, las segundas señalan los fenómenos pasajeros que comprenden a todo lo que tiene Principio y Fin. Una cosa es el poder que engendra a las cosas y otra cosa es la cosa. Por ejemplo, una naranja es un conjunto de fuerzas que convergen en esa forma simple así llamada. Sus cualidades son: redonda, anaranjada, dulce, ácida pero el complejo de cualidades, como la forma Simple es manifestación de algo más básico, del Poder Creativo que recibe nombres diferentes en las variadas culturas. Es el mana de los Melanesios; el manitu de los Algonkinos; el orenda de los Iroqueses, y el wakanda de los Sioux. Los antiguos Chinos lo representaron como el Cielo/Chien y lo llamaban Shan-Ti. Todos ellos son la mente mítica que tiene diversos nombres, así como la naranja tiene diferentes cualidades, pero ninguna de ellas por separada es la naranja.
Desde la perspectiva del Yi-Ching, si el mundo objetivo no es visto como un flujo donde las partes u objetos no se hallan separados unos de otros, ello se debe a lo restringido de un modo de percepción que, endurecida por los conceptos establece pasado, presente y futuro como divisiones materiales de algo inmaterial como es el Tiempo. Así, los conceptos se convierten en parte del lenguaje que es herramienta básica para comunicar conocimientos intelectuales. Pero ellos no son la totalidad del lenguaje, porque aquél posee en la integridad de su naturaleza la capacidad para expresarse más allá del intelecto, de modo que éste no se convierta en un Centro unilateral de visión. Por ejemplo, la metáfora, la alegoría y la paradoja son recursos de la mente en los cuales ésta funciona en un nivel descriptivo, para señalar relaciones que no se establecen dentro de la comprensión intelectual de la existencia. La descripción difiere de la explicación porque en esta última, la única relación posible es la determinación rígida de la lógica.